Qué es la terapia de bioenergética y qué objetivos tiene

¡Hola amigas y amigos! Hace tiempo que no hablamos de técnicas ni terapias por aquí, creo que desde la asertividad. Así que es hora de retomar esa costumbre y dar a conocer alguna que otra terapia como la de bioenergía. Hay muchísimas técnicas y herramientas dentro de nuestro campo, y en ocasiones se nos olvida la existencia de algunas de ellas, así que vamos a dedicarle algo de tiempo a ellas. En el día de hoy, toca hablar de la terapia de bioenergía. Que no te asuste su nombre New Age.

La terapia de bioenergética es una técnica que trata de resolver los conflictos emocionales aflojando y soltando las tensiones musculares crónicas, movilizando las energías retenidas y liberando las emociones que estaban reprimidas y contenidas durante años en el cuerpo, permitiendo así recuperar el movimiento y la libertad de sentimientos, el placer y la espontaneidad.

Parte de la base de que mente y cuerpo no están separados, sino que funcionan al unísono. En consecuencia, el proceso terapéutico se desarrolla tanto a nivel corporal como mental, considerando a su vez la dimensión interpersonal.

El objetivo de esta terapia es incrementar el nivel de energía y la sensación de vitalidad, y también devolver al organismo su fuerza vital y la capacidad de relacionarse con uno mismo y con el entorno de forma plena y satisfactoria. En palabras del propio Lowen, la finalidad de la terapia sería “ayudar el individuo a recuperar la plena potencialidad del propio ser… en tres fases:

  • La conciencia de sí mismo y del propio cuerpo.
  • La plena expresión de los sentimientos frecuentemente frustrados en la infancia, como la rabia y el miedo.
  • Y finalmente la libertad de ser auténtico, de aceptar y reconocer las propias sensaciones.

¿Cómo se creó la terapia de bioenergía? Su historia

Esta forma de psicoterapia fué fundada por Alexander Lowen en los años 1950, siendo discípulo y paciente de Wilhem Reich, que a su vez lo fue de Sigmund Freud. Reich incorporó el trabajo con el cuerpo como instrumento terapéutico en la década de los años 30, y Lowen, basándose en el proceso de trabajo personal que él estaba haciendo y en los descubrimientos derivados del mismo, desarrolló lo que hoy conocemos como Análisis Bioenergético.

Partiendo de movilizar su propio cuerpo y profundizando en las investigaciones de Reich sobre la energía vital, resaltó la importancia de la producción y descarga de energía, que junto con la respiración, el movimiento, la expresión de sí mismo y la sexualidad, son piezas claves de cara a alcanzar tanto el equilibrio corporal como el emocional y el psíquico.

Lowen incorporó el concepto de enraizamiento, es decir, la forma en que una persona asienta los pies sobre la tierra, que está íntimamente ligado a la calidad del soporte afectivo que tuvo en su niñez, cuando más vulnerable era ya que aún no podía sostenerse por sí misma.

Y es que el sentimiento de seguridad y de autonomía se relaciona directamente con la conexión energética entre los pies y la tierra. A un soporte mayor, tanto en calidad como en cantidad, le corresponde una mayor capacidad de ser felices y desarrollarnos plenamente como personas, lo cual permitirá que haya correlación entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, es decir, que seamos seres auténticos e integrados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Ir arriba