Una vez explicado ,en una entrada anterior, qué son los heurísticos o atajos mentales que utilizamos para interactuar con el mundo, vamos a profundizar más en algunos de los heurísticos más habituales de usar y algún ejemplo que ayude a visualizar mejor la explicación usando escenas relativamente frecuentes para la mayoría.
Existe una gran multitud de heurísticos, tantos como trucos puedas imaginarte para simplificar las decisiones que tengamos que tomar en nuestro día a día. Lógicamente vamos a centrarnos primero en los que aunque quizá no siempre sean importantes, sí que merece la pena dedicarles tiempo puesto que son heurísticos MUY utilizados por todos de forma constante.
En que consiste el heurístico de representatividad
El heurístico de representatividad es el responsable de que hagamos una evaluación rápida de una persona o un objeto basándonos en una cantidad de información bastante baja. Una información insuficiente y parcial con la cual no podemos tener una idea realista y clara de las cosas, pero que dado que nuestro cerebro necesita llegar a una conclusión rápida para despejar las dudas que se generen, intentamos deducir cual es la respuesta más razonable posible.
Ejemplos cotidianos en los que usamos el heurístico de representatividad
Un ejemplo que suele ponerse frecuentemente al hablar sobre este tipo de atajos mentales son los precios y la calidad de los productos. Me explico: Normalmente asociamos por costumbre que si un producto tiene un precio muy elevado es porque su calidad es excepcionalmente buena y su precio refleja eso y no la busqueda de beneficios extra.
Es cierto que en principio, los productos más caros tienden a tener una calidad o un servicio postventa mejor pero a priori o simple vista, no podemos saberlo con únicamente ver su precio. Una televisión de 150 euros o dólares puede tener la misma calidad de imagen y prestaciones que otra con un precio de 500 de otra marca.
También aplicamos este mismo criterio del heurístico cuando conocemos a una persona nueva y usamos los estereotipos como base sobre la que apoyar nuestra primera impresión. Algunos de los estereotipos que pueden usarse como «base» son el ser hombre o mujer, el color de piel, el estilo de ropa usado o país de origen o religión por poner algunos ejemplos.
Una consideración sobre los heurísticos
Recuerda que cuando hablamos de heurísticos o atajos mentales como el heurístico de representatividad estamos basándonos en la teoría del tacaño cognitivo y tu mente busca gastar la menor cantidad de recursos posibles para darte una respuesta válida aunque no sea la mejor respuesta ni la real.
El cerebro está diseñado para que logres sobrevivir, no para escoger la opción más lógica ni fiel a la realidad. Estos heurísticos o atajos mentales distan mucho de ser perfectos por el mismo motivo por el que existen. Dar una solución viable y rápida. El tiempo en el que se recibe el estímulo, se evalúa, y se toma una respuesta basada en un heurístico es muy breve.