Por más que queramos, no podemos hacer todo a la vez. Saber cuales son tus auténticas prioridades te ayudará a poder abarcar todo aquello que quieres conseguir de una forma más realista. Y por lo tanto, más factible de lograr.

Existe algo en lo que mucha gente cae conocida como la parálisis por análisis, pensar en todos los detalles hasta encontrar el momento perfecto evita que empiecen a ponerse en acción. En el caso de estas personas, sus prioridades no están correctamente enfocadas, su máxima prioridad (disculpad la repetición de palabras), es encontrar el momento justo más que dar el paso inicial.

Y es que en muchas ocasiones no actuamos porque tenemos muchas cosas delante nuestro y no sabemos a por cual de las opciones ir. Por ello, saber cuales son las prioridades importantes es vital.

Las prioridades, claras

Si has ido a alguna conferencia o seminario de algún tema que te interese, salvo que sea algo que domines, es probable que te hallas encontrado abrumado y saturado por la cantidad de información nueva que estabas conociendo.

Al final sino te organizas para tomar apuntes o quedarte con lo que realmente te interesa para ti, acabas sin saber qué aplicar de todo lo que has oído. Demasiadas cosas en poco tiempo, y poca organización de prioridades.

Cuanto tenemos demasiadas opciones entre las que escoger sin un objetivo claro, al final llegamos aun punto parecido a la parálisis por análisis antes mencionada, los ponentes están para informar, ofrecer herramientas y consejos de sus experiencias. Pero sin unas prioridades claras que te guíen para separar lo útil de lo inútil (para tus objetivos), de poco sirve toda la información y consejos que puedan darte.

Está tratando de decidir cuál de los 15 o 20 opciones a seguir puede ser frustrante, especialmente si todos ellos parecen ser buenas opciones.

Enfócate en una cosa a la vez

Ten claro cual es tu objetivo y qué te ayudará a conseguirlo, ten entre tus prioridades aquello que sea lo que más te acerque a tu meta, si dedicas esfuerzos a otras tareas, de poco te van a servir. Si quieres comer caliente, de poco te servirá preparar la cacerola sino tienes fuego.

O dicho con otra metáfora que me parece que se entiende mejor, el perro que persigue dos conejos, no alcanzará ninguno de ellos. Decidete por una cosa, conviértela en tu prioridad, y cuando la tengas, ve a por otra. Pero una vez que la tengas.Aquí hay una estrategia para tomar el terror de la toma de decisiones. Tome esa larga lista de opciones. Digamos que hay 15 artículos en él, y que nunca han hecho alguno de ellos antes.

Cómo escoger tus prioridades iniciales

Escoger prioridades, 1º paso: Lista de prioridades

Supón que tienes una multitud de cosas entre las que escoger y todas igual de viables para hacer, una vez que tengas tu lista preparada haz esto: Decide si todos los puntos son igual de importantes. Si hay alguno que claramente no es relevante, táchalo.

Nota: Si dudas si algo es importante o no, es que en el fondo no lo es.

Escoger prioridades 2º paso: Una vez reducida tu lista de prioridades, es hora de escoger.

Ahora te quedarán aún varias opciones igual de buenas. Dado que ya has descartado los «objetivos» no relevantes, el resto que te quedan son los que importan. Deberían de tener todos un valor parecido para ti, si alguno destaca por encima del resto, ve a por ese.

Sino, cualquiera te sirve. Escoge el primero que has anotado si ninguna tarea destaca por encima de las demás. Todas son válidas, pero necesitas empezar por algún lado. El primero que pensaste, punto. No te compliques sin motivo. Mantenlo sinmple.

¿Ves qué fácil puede ser la toma de decisiones?

Nota: Sé que últimamente nos hemos enfocado mucho en el establecimiento de metas, las prioridades y el liderazgo, eran asuntos pendientes de tratar debido a peticiones. Todavía quedan algunos en el tintero, pero poco a poco los iremos terminando todos. ¡Está en nuestra lista de prioridades!

Dicho esto, si os ha gustado, no dudéis en seguirnos en facebook ni en compartir este artículo. Nos ayudaréis mucho más de lo que pueda parecer con el simple gesto de compartir.