En artículos pasados, os hemos hablado de que una buena manera de acostumbrarnos a leer el lenguaje corporal de otras personas es fijándose en los niños. Y es que a la hora de “cazar” una mentira hay un factor que es importante y tendréis que tener en cuenta, nuestro lenguaje corporal se va haciendo más disimulado con el tiempo.
Este es uno de los motivos por los fijarse en los niños es un buen entrenamiento. Por naturaleza cuando somos pequeños solemos exagerar nuestros gestos. Taparse la boca con ambas manos, tapar los oídos con la palma de la mano o taparse los ojos y girar la cara son gestos típicos que puedes ver en el lenguaje no verbal de alguien con poca edad.
Con los años, llegada la adolescencia y la edad adulta el lenguaje corporal se van haciendo más sutil, los gestos no solo pasan a ser menos visibles sino que además se retrasan los gestos para evitar que sean leídos tan fácilmente.
Por ejemplo, un niño puede intentar camuflar una mentira tapándose la boca justo después de decirla.
En cambio, un adolescente lo hará de otra manera. En lugar de taparse la boca con la mano como haría en el pasado, ahora el proceso se ha vuelto más refinado.
Para encubrir su mentira su lenguaje corporal se ha vuelto más disimulado y evitará taparse la boca, en su lugar lo habitual es que su gesto sea únicamente rozar los labios con los dedos un instante.
Siguiendo con este gesto, una vez llegados a la edad adulta el lenguaje corporal se vuelve todavía más sutil. En esta etapa ya no es necesario que se llegue a tocar la boca intentando “ocultar” la mentira. En este punto lo que puede darse es que la persona que miente, se toque la nariz o la frote con el dedo. Tiene el mismo objetivo que cuando se hacía con 4, 5 o 6 años, pero de una manera diferente.
El lenguaje corporal cuando se dice una mentira
Sin pretender ser un resumen absoluto, os dejamos aquí una lista de gestos del lenguaje corporal que pueden aparecer al decir una mentira. Recordad que siempre, estará en función del contexto y el resto de gestos en conjunto.
– Taparse la boca con la mano, total o parcialmente.
– Tocarse la nariz: La nariz tiene terminaciones nerviosas que se activan con pensamientos negativos como las mentiras y hacen que aparezca una sensación de picor. Es importante destacar que se activa con pensamientos negativos, no solo mentiras. Puede decirse la verdad sobre algo que sea desagradable para esa persona y ser cierto. Por esto es importante el contexto.
– Frotarse un ojo. Es un intento de no “ver” la mentira.
– Tocarse una oreja. Pretende no escuchar la mentira.
– Rascarse el cuello. Esto indica nerviosismo, duda o incertidumbre. En un libro que os recomendaremos más adelante dice un dato muy interesante, lo frecuente es que siempre se rasque 5 veces con el dedo.
Como siempre, os invitamos a que nos dejéis vuestras opiniones en los comentarios, y gracias por pasaros.