¿Recuerdas esos proyectos que empezaste hace tiempo y quedaron a mitad de camino? ¿Te imaginas cómo te sentirás al retomarlos y llegar hasta el final? Bueno, pues eso es posible. Algunos proyectos llevan meses, otros años, y otras son un proyecto de vida.
El secreto para lograr resultados significativos es la práctica continua y la motivación inquebrantable para seguir adelante. Te contaré una historia sobre los proyectos olvidados.
Cómo sacar adelante un proyecto dejado de lado
Una vez hablé con un amigo que estaba entusiasmado y al mismo tiempo decepcionado de que tuviera una gran idea de negocio. Así es, los sentimientos contradictorios coexisten. Te lo explicaré en un momento. La idea parecía prometedora. Tenía algo valioso en mente, tenía recursos, proveedores, alguna instalación. Pero también tenía algo dentro de él que funcionaba como un ancla que le impedía seguir adelante. Lo que lo embotó de cualquier movimiento para poner en práctica su proyecto fue: ¡el miedo!
Unos años antes, en otra empresa, había fracasado. Juró que nunca volvería a abrir su propio negocio. Me habló de todas las expectativas que puso en su empresa. Fui testigo de la realización del sueño. La decepción había sido grande. Ahora, justo frente a una gran oportunidad, estaba paralizado.
El miedo nos hace abandonar proyectos
El miedo al fracaso y la dificultad para afrontarlo es algo muy presente en nuestra cultura. La gente tiene miedo de ser marcada para siempre si fracasa. Creen que si su negocio no funcionó, otro tampoco lo hará; que si perdieron un trabajo, difícilmente conseguirán uno mejor (o incluso otro); que si no aprobaron un examen, no tendrán éxito en otro.
Este miedo al fracaso impide que muchas personas salgan de su zona de confort y comiencen algo realmente significativo para sus vidas. Es precisamente por este temor que no se construirán algunas de las mejores empresas, que no se producirán los mejores inventos y que la gente se pasará la vida pensando repetidamente: «¿qué habría pasado si yo hubiera….?
Con un sueño paralizado, por miedo al fracaso, una de las peores preguntas que te puedes preguntar al final de tu vida es: «¿Qué habría pasado de haber seguido adelante?
Una de las formas de impedir la construcción de esta pregunta es traerla al presente en forma de: «¿Qué puede pasar si lo hago? De esta manera tendrás un sueño vivo y abierto a todas las posibilidades. Incluso la posibilidad de fracaso.
El fracaso puede ser destructivo o constructivo dependiendo de cómo se maneje. Al soñar con las posibilidades, considere lo peor que puede pasar si todo resulta diferente a lo que planeaste. Cada esfuerzo es un experimento único, y mientras tengas un sueño, fuerza y motivación, puedes seguir adelante.
Cuando algo no sale exactamente como lo planeaste, ese simple hecho te hace crecer. Esta es la escuela de la experiencia que no puede ser aprendida por los libros o en la universidad. Donde algunos ven la derrota y la parálisis, para otros puede ser una gran oportunidad para aprender y crecer.
El secreto para lograr resultados significativos es la práctica continua y la motivación para seguir adelante. El éxito es el resultado de la dedicación y el trabajo constante. Al final, no importa cuántas veces falló, sino cuántas veces resistió, mejoró y continuó en su camino. Este es el camino de la construcción. Es el camino de tu vida.