Por petición vía privado vamos a redactar algunos artículos sobre ansiedad,estrés y depresión. Tener ansiedad, aunque no resulte agradable y evitemos sentirla en la medida de lo posible, también resulta útil.
La ansiedad es una señal de alarma que busca ponernos en alerta frente a posibles peligros presentes en el entorno actual que puedan causarnos algún daño.
Hasta aquí puede encajar bastante bien con la emoción de miedo que nos lleva a hacer lo mismo. Escapar de una situación por la existencia de un peligro real o imaginario. La diferencia entre miedo y ansiedad reside en que cuando sentimos miedo lo hacemos con nuestro foco de atención puesto en algo concreto.
Mientras que el sentimiento ansioso es más genérico sin llegar a saber exactamente qué es lo que nos está causando el malestar de esa situación (en el caso patológico).
Diferentes ansiedades: Ansiedad patológica y ansiedad «estándar»
Al igual que sucede normalmente en temas emocionales, la intensidad de las emociones y cómo afecta a nuestro comportamiento (si nos limita en algo, o no) es lo que determina si es un problema que necesita buscar ayuda o puede mejorarse sin grandes complicaciones.
A modo de ejemplo: No es lo mismo sentir una gran ansiedad por estar en una casa en llamas que por estar en una habitación iluminada por velas debido a un corte en el suministro eléctrico.
La ansiedad normal es aquella que se presenta con una intensidad baja o media con una duración poco prolongada y cuando existen motivos que nos puedan llevar a sentirnos ansiosos. Es decir, que con una ansiedad normal podríamos llegar a saber exactamente qué es lo que nos causa ansiedad.
Tal como sucede con los actores y otros artistas con el miedo escénico cuando tienen que salir al escenario por primera (o sexta) vez. Esta ansiedad es manejable y el individuo puede sobreponerse a ella y llegar a reducir la sensación ansiosa que siente.
En cambio, una ansiedad patológica, puede darse que el individuo no sea capaz de concretar exactamente qué es lo que le genera un ataque de ansiedad. Otra diferencia es el grado de respuesta, en aquellas personas con una patología ansiosa la frecuencia de episodios de ansiedad es más habitual, siendo los episodios de mayor intensidad y duración que el caso «estándar». Cabe destacar como rasgo importante la reacción desproporcionada ante la amenaza que genera la ansiedad llegando a interferir con la vida cotidiana del individuo.
