¿Qué dicen tus ojos? El lenguaje corporal de las miradas: Pupilas

Como ya nos venia diciendo el refrán popular, los ojos son la ventana del alma. Y también una ventana para descubrir las intenciones y algunos pensamientos de nuestros acompañantes con fijarnos en su lenguaje corporal.

No hay que pasar por alto lo poderosamente expresiva que puede ser una mirada para que acompañada con un gesto o dos más saber los pensamientos de la otra persona con muy pocas dudas al respecto.

Pongamos el ejemplo del siguiente lenguaje corporal, si alguien está delante de ti mirándote fijamente a los ojos con la barbilla inclinada hacia el pecho y el entrecejo fruncido pocas dudas podemos tener de que tiene una actitud hostil hacia nosotros. y si a ese gesto le añadimos la mandíbula tensa o los puños apretados, menos todavía. Hoy, vamos a centrarnos únicamente en el lenguaje corporal de las pupilas.

Algunas consideraciones sobre el lenguaje corporal de las pupilas

En los seres humanos, los ojos son una parte vital del lenguaje corporal, son importantes hasta tal punto que somos los únicos primates con esclera, es decir, el blanco de los ojos.

Esta característica permite un lenguaje corporal más rico y amplio que se desarrolló como un medio de comunicación que complementa al resto del lenguaje corporal y verbal.

Algo a tener en cuenta sobre esta parte del lenguaje corporal es que puede resultar muy sutil y puede costar verlo. Este es el caso de las pupilas, que en ambientes mal iluminados pueden no poder ser leídas correctamente. Por lo tanto, es un apartado del lenguaje corporal algo delicado.

Tomando como referencia el tamaño normal de las pupilas, hay dos posibles cambios que pueden darse en su lenguaje corporal. Las pupilas tienen a dilatarse varias veces su tamaño si la actitud es positiva, cuando estamos emocionados por algo positivo o sentimos atracción hacia una persona, las pupilas automáticamente aumentan de tamaño.

Por otro lado, las pupilas también pueden reducir su tamaño en el caso de tener una actitud negativa como hostilidad o un estado anímico de mal humor. 

En todo caso, es importante tener en cuenta los cambios de las pupilas por causa de la luz, si se pasa de mucha luz a poca, el  digamos “lenguaje corporal” de sus pupilas habrá cambiado puesto que habrán aumentado, pero lo harán por la adaptación a un ambiente oscuro, no por excitación ni entusiasmo.

3 ejemplos de lenguaje corporal de las pupilas llevados a la práctica

Un ejemplo sobre el aprovechamiento del lenguaje corporal de los ojos, y en este caso de las pupilas, es el de las meretrices que hace siglos se aplicaban gotas de belladona en los ojos para que sus pupilas se dilatarán y de esta manera ser mas deseables a los hombres.

Del mismo modo, los antiguos comerciantes chinos de piedras preciosas utilizaban la lectura de las pupilas a la hora de comerciar y negociar los precios de sus productos.

En el caso de las pupilas contraídas, algo que todos hemos visto en más de una película (que a efectos de ejemplo, tendrá que servir) en la cual el ojo de un depredador se hace diminuto justo antes de atacar a su presa o cuando alguien es sorprendido en alguna película de terror y hacen un plano corto de su pupila contrayéndose.

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