¿Quién iba a olvidar la popular frase de `Un gran poder conlleva una gran responsabilidad´? El liderazgo en este sentido, no es en absoluto diferente de ser un superhéroe. Sí, claro, obviando la parte de que no vas a tener los poderes de Superman o Spiderman, pero dejando esto a un lado, tu tienes la capacidad necesaria para dirigir a otras personas hacia el éxito.
Esto es mucho importante que cualquier poder de la ciencia ficción, ya que es un poder que puede ser utilizado por personas reales con capacidad de liderazgo, gente como tú y como yo, en el mundo real. ¿Mucho mejor así no?
Y es que ser un líder requiere un gran sentido de la responsabilidad, sin sentirte responsable de los objetivos marcados, de lograrlos o no, y de ponerles remedio a las complicaciones, el liderazgo que puedas tener como lider no significará nada realmente. Un liderazgo adecuado lleva a que tomes tus metas como algo personal (cosa que es) y a no buscar pretextos por los que no lo has conseguido.
Quien tiene el liderazgo tiene el poder para guiar a su grupo cercano hacia el objetivo marcado, pero este liderazgo como ya hemos dicho, viene con responsabilidades. Responsabilidades como asegurarse de ir en la dirección correcta, estar consciente de todos y cada una de las tareas y errores, y volver a poner a los participantes del grupo en el camino correcto cuando se pierden.
¿Quién dijo que es fácil ser un líder? El liderazgo tiene precio
Ser un líder viene con toneladas de responsabilidades. Los verdaderos líderes están dispuestos a aceptarla completamente.
Hay casos en que a veces nos hace sentir mejor culpar a alguien o algo más, cuando algo va mal en una tarea. Sin embargo, esto no debe ser practicado, ¡sobre todo por un buen líder!
Un líder debe asumir toda la responsabilidad de una tarea – no sólo antes de que él acepta tomarlo, sino también después de que se ha logrado. Él es responsable de su éxito como equipo, y también debe ser responsable de cualquier fallo que tenga. Él representa a todo el equipo por lo que cualquier cosa que suceda a él, él es el único responsable.
Poner excusas y culpar a algo o alguien más para trabajos con errores no es una cualidad de un buen líder, aceptar los fallos y no tener miedo forma parte de un buen liderazgo. Lo que debe hacer, en cambio, es aceptar el hecho de que algo salió mal con la organización, incluso si no es su culpa.
Es normal cometer errores. De hecho, los errores son oportunidades para aprender algo mejor. Como líder, debes garantizar que los miembros del equipo aprenden de estos errores y que estos errores no se repitan la próxima vez.