5 formas de mantener muy alta la motivación intrínseca

Nuestra compañera Lucía había definido la motivación intrínseca como la conducta que realizamos voluntariamente de manera frecuente sin ningún tipo de influencia externa que nos anime a ello. Dicho de otra manera, cuando hacemos las cosas porque queremos sin esperar a escuchar ningún tipo de opinión o sugerencia por parte de alguna persona estamos actuando basándonos en una motivación intrínseca.

Nuestro ejemplo de motivación intrínseca

No hay un mejor ejemplo que se me ocurra ahora mismo que nosotros mismos. Sin ir más lejos, tanto mi compañera Lucía como yo actuamos de acuerdo a una motivación intrínseca a la hora de mantenernos con ánimo para mantener el ritmo de tres publicaciones semanales.

La motivación intrínseca es lo que nos lleva a seguir semana tras semana detrás del teclado. No existe detrás de nosotros ninguna empresa que nos tenga contratados y que nos pague por escribir todas las semanas y que sea una motivación extrínseca de ganar dinero la que haga que estemos semana tras semana aquí. Aunque no hay que olvidar que la motivación intrínseca no tiene porqué actuar sola.

En nuestro caso, además de querer compartir nuestra opinión con vosotros, de intentar aportar nuestro pequeño grano de arena y llegar a crear una pequeña comunidad con intereses comunes y que pueda llegar a ser beneficioso y útil para todos sus miembros, además recibimos motivación desde el exterior, conocer el número de visitas frecuentes diariamente, los comentarios y sugerencias que nos dejáis y que tanto nos gusta recibir junto con lo gratificante que resulta ver como poco a poco el número de seguidores en nuestra página de facebook va creciendo día tras día hasta casi llegar ya a las 500 personas que sois ahora mismo.

5 formas de mantener alta la motivación intrínseca

Ya que la motivación intrínseca resulta ser un pilar muy importante para llegar a convertirnos en aquellas personas que deseamos ser y a que lograr los objetivos que te has propuesto sea más probable, vamos a compartir con vosotros algunas formas cómo mantener alta esa motivación intrínseca que tanto bien nos causa.

 

1. Recuerda qué es lo que quieres conseguir.

Si quieres que tu motivación intrínseca se mantenga, ten presente cual es el objetivo que quieres alcanzar y cómo va a mejorar tu vida lograrlo. Si empiezas a hacer las cosas sin tener presente qué es lo que te lleva a hacerlas, acabarás esforzándote menos y atenderás menos a los detalles de lo que estás haciendo. Es decir, tu pasión se irá.

2. Para mantener alta tu motivación intrínseca, no cuentes demasiado.

O al menos no lo cuentes a cualquiera. Resérvate tus progresos para quien sepas que te apoya y tiene interés en tus avances. De escépticos está el mundo lleno y mucho más en lo que respecta a los proyectos ajenos. La opinión de estas personas puede que merme tu creencia en ti mismo/a o en lo que estás haciendo. Con esto no quiero decir que no cuentes nada de aquello que te gusta hacer sin más motivo que el poder hacerlo, sino que tengas en cuenta a quién se lo cuentas y con qué finalidad. Si buscas una opinión crítica quizá no te guste lo que escuches pero te ayude hacia aquello que buscas. Si en cambio recibes una crítica sin motivo, quizá deberías pensártelo dos veces antes de repetirle tus progresos sin motivo.

3. La cabeza en las nubes, pero los pies en el suelo.

Puedes soñar con alcanzar objetivos muy complicados, pero eso no va a ayudarte a mantener una motivación intrínseca por sí sola. Al menos generalmente, hay personas a las que los grandes desafíos desproporcionados pueden resultar mucho más estimulantes que a los demás. Vamos a centrarnos en lo habitual. Si quieres lograr algo, piensa en grande pero actúa en pequeño. Las cosas se logran poco a poco y es el esfuerzo diario el que acaba haciendo la diferencia. Si solo miras el resultado al final del camino, puedes acabar sin motivación intrínseca por haber fijado un objetivo que tarde mucho tiempo en materializarse.

4. El trabajo hormiga marca la diferencia.

Siguiendo con el punto 3, las cosas se logran poco a poco. Nadie construye un avión en un día ni escala una montaña de 8.000 metros sin haber entrenado antes duramente.

5. Celebra las pequeñas victorias.

Ya que es tu motivación intrínseca la que te lleva a actuar, ¿porqué no darte una palmadita en la espalda si haces las cosas bien?

El camino hasta el final puede ser muy largo, celebra cada pequeño paso que des con éxito porque eso significa que vas en la dirección correcta y si sigues así, puede que logres lo que quieres. Quizá tardes, pero es posible lograrlo.

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