¿Cómo te sientes cuando el trabajo parece acumularse y no terminar nunca? ¿Te imaginas cómo sería tu puesto de trabajo si pudieras llevar todas las tareas que quisieras sin sentir la presión de ir contra reloj y que tuvieras tiempo de sobra para cerrar tu jornada? Bien, esa situación es posible. Y aunque el estrés laboral nos desgasta, podemos llegar a reducirlo para sentirnos mucho más felices y relajados o relajadas mientras trabajamos. Por supuesto, habrá cosas que no dependan solamente de ti -la empresa y los compañeros o compañeras también tienen relevancia- pero reducir el estrés laboral es posible.
Si no cuidas la influencia del estrés laboral en tu día a día, puede acabar aumentando hasta producirse el síndrome de Burnout o del desgaste en el trabajo. Algo que será tocado en otro artículo 😉
¿Cuáles son las diferencias entre el estrés laboral y el síndrome de Burnout?
Puede que pienses que el síndrome del desgaste laboral es lo mismo que el estrés laboral. Y es una confusión comprensible, se parece bastante, pero el nivel de estrés, dolor y agotamiento que provocan es diferente. Mientras que el estrés laboral puede ser soportable dentro de unos niveles lógicos, el síndrome del agotamiento profesional del Burnout se encuentra por encima de lo que una persona puede aguantar durante mucho tiempo.
Imagínate que tienes que negociar en tu empresa una compra con otra empresa y que de tu éxito depende el trabajo de todo un departamento. Durante las semanas previas estarás nervioso o nerviosa y el estrés laboral que sientas será enorme.
Ese estrés laboral nos desgasta durante el día a día al enfrentarnos a situaciones que tocan las emociones más intensas del ser humano. Durante nuestro trabajo tenemos que hacer frente a momentos que nos enfadan, nos resultan imponentes o nos ponen en tensión. Incluso nos podemos sentir felices con el estrés laboral. ¿Cómo te sentirías si la reunión anterior sale bien y logras que se queden 4 personas dentro de la empresa gracias a tu trabajo? ¿Muy bien verdad? Eso forma parte también del estrés laboral, y aunque suele asociarse con pasar malos momentos, también está ligado a los buenos. El estrés en sí es tan sólo el efecto de un agente externo o interno que no es -a priori- ni bueno ni malo, dependerá del contexto, de su duración y de su motivación.
Por su lado, el síndrome del cansancio laboral -burnout- aparece cuando el estrés laboral lleva demasiado tiempo afectando a una persona sin resolver la situación que lo ha generado. Frecuentemente, el síndrome de burnout aparece porque la presión por lograr resultados demasiado altos o poco realistas o una fuerte autoexigencia es muy alta, o tenemos demasiado trabajo del que nos sentimos responsables a pesar de ser demasiado para una única persona.
El síndrome de desgaste laboral acaba pasando factura cuando sentimos que necesitamos hacer más porque se espera que se logren objetivos que quizá sean poco realistas. Querer hacer un buen trabajo es lo natural, pero está bien que recordemos que tanto tú como yo podemos fallar alguna vez por el camino. De hecho, será lo normal. Nadie logra siempre todos los objetivos. Quien tiene este síndrome del burnout sobrepasa la barrera saludable o soportable del estrés laboral y termina agotado por asociar su autoimagen en función de su capacidad de éxito laboral. Lo que también puede dar lugar a una adicción al trabajo.
¿Cuáles son las causas del estrés laboral? ¿Y cómo se pude evitar?
¿Alguna vez has pensado que tu empresa o tu trabajo está mal organizado? Si es así, posiblemente sintieses una punzada de agobio y estrés en el trabajo al considerar que las cosas podrían hacerse mucho mejor. De la misma manera, tener una persona que supervise todo lo que haces o las fechas límite demasiado ajustadas, son sólo algunas de las causas más comunes que provocan estrés en el puesto de trabajo. Antes de ver cómo reducir estos motivos de la ansiedad y estrés laboral, veamos cuáles son las causas más frecuentes utilizando los datos de una encuesta llevada a cabo por la empresa de gestión de proyectos Wrike.
Principales factores del estrés laboral de mayor a menor
No tener acceso a toda la información necesaria para el trabajo
Nada es más frustrante para los profesionales que no poder utilizar información que sabemos que otra parte de la empresa tiene a su disposición hasta que nos la faciliten. El hecho de tener que esperar para poder seguir trabajando, supone el principal factor de estrés laboral en la actualidad. Algo que se da con más frecuencia en las empresas desorganizadas donde reina el caos o en las empresas que operen en distintas filiales no gestionadas de manera conjunta.
Problemas al priorizar tareas
El trabajo acumulado día tras día hace que aparezcan cuadros de ansiedad laboral y que el estrés sea el rey de la oficina o departamento. Una mala gestión de los trabajos y las prioridades hará que las personas como tu o yo, tengamos la sensación de estar apagando fuegos a medida que surgen en lugar de hacer nuestro trabajo real.
Objetivos poco realistas
Este factor lo he vivido yo personalmente cuando trabajaba de teleoperador en mis primeros años laborales. El número de ventas exigido era absurdamente alto, y los propios encargados lo reconocían. Pero aún así, sentías la presión si no llegabas a esas cuotas poco reales.
Hay compañías y gerentes que emplean tanta presión sobre sus empleados que terminan desarrollando condiciones de estrés crónico. Cuando los encargados de asignar trabajos no son conscientes -o consideran que si piden mucho, obtendrán más- del tiempo necesario para hacerlos, empiezan los problemas. Cuando la empresa establece objetivos inalcanzables, está obligando a los profesionales a intentar alcanzar un objetivo difícil o imposible. Esto crea estrés en el puesto de trabajo y frustración en los empleados y empleadas, que pensarán que les falta la habilidad suficiente como para ser profesionales competentes. Lo cuál no es cierto.
Ningún profesional por bueno que sea, podrá hacer frente a un objetivo poco realista.
Cambio de fechas límite para la entrega de productos o servicios
No hay nada que rompa más una organización de tareas diaria que el cambio inesperado de fechas de entrega. Esto obliga a forzarse a trabajar más para cumplir esos plazos. Trabajar horas extra en la oficina, terminar deprisa otras tareas o llevarse trabajo a casa, son las consecuencias de una decisión de cambiar -siempre para cuanto antes- las fechas de entrega pactadas.
Hoy en día es habitual ver a los profesionales que se llevan el trabajo a casa, trabajando los fines de semana, al amanecer, en sus momentos de descanso y ocio, olvidando que necesitan descansar para producir mejor. Es importante destacar que cuando el individuo se siente sobrecargado de trabajo, es decir, cuando vive con la sensación de que lo que hace no es suficiente o cuando no puede delegar algunas tareas a sus subordinados, por ejemplo, la probabilidad de desarrollar, de forma silenciosa, un cuadro de estrés laboral, aumenta significativamente.
Liderazgo confuso
Esta es una causa de doble efecto. Por un lado un mal liderazgo, que no transmita ordenes claras y simples, tendrá como consecuencia el aumento del estrés profesional de los trabajadores. Y al mismo tiempo el propio gerente o jefe se verá presionado porque no logra que la empresa funcione de manera fluida.
No tener claro qué se debe hacer
La falta de comprensión en las tareas a realizar supone otro factor de estrés durante la jornada laboral al crear una sensación de abandono y confusión en el empleado.
No respetar la jornada laboral ni los mensajes de trabajo fuera de las horas laborales
Avanzando en el tema del estrés en el trabajo, creo que es fundamental hablar de un tema que ha causado mucho estrés en los más diversos tipos de profesionales de todo el mundo: la tecnología y sus herramientas. Actualmente la gente no deja de trabajar ni por un minuto. El avance tecnológico nos mantiene disponibles con el whatsapp u otras redes sociales en caso de dudas o «emergencias».
Este cambio en la rutina laboral de muchas personas, ha llevado a muchos investigadores a estudiar los impactos que la tecnología está generando en los empleados de los más diversos tipos de empresas. Es posible ver que este tipo de cambio ha generado mucho estrés en los puestos de trabajo al crear la sensación de no dejar nunca de estar en la empresa.
Falta de colaboración y competencia exagerada
Otra de las principales causas de estrés laboral es la cultura que muchas empresas tienen para estimular la competitividad de forma exagerada entre sus empleados. En cierto modo, la competitividad es importante y anima a los profesionales a buscar su propia mejora. Sin embargo, si día a día esta competitividad se vuelve más agresiva, animando a los empleados a utilizar cualquier tipo de artificio para destacar en el lugar de trabajo, las posibilidades de provocar pérdidas y enfermedades profesionales en los empleados son mucho mayores que las de generar buenos resultados.
¿Te has reconocido alguna de estas causas de estrés laboral y profesional? Para Andrew Filev – el CEO de la empresa Wrike- no hay una única solución posible a todas estas causas del estrés profesional pero sí que existen acciones que podemos realizar para reducirlo. Por ejemplo, mejorando el diálogo interno entre empleados y jefes de sección así como fomentar un ambiente de trabajo más cómodo para todos y todas.
¿Cómo podemos evitar o reducir el estrés en el lugar de trabajo?
Aprender a priorizar tareas
Para evitar problemas con la ejecución y los plazos de sus tareas, haga una lista de sus prioridades, por ejemplo, adelantando los proyectos con plazos de entrega más cortos o que necesitan más atención que otros. Convertir la priorización en un hábito hará que lleguen cambios positivos.
Evitar las distracciones en el trabajo
Distraerse es muy fácil. Basta con cualquier mínimo motivo para prestar atención a algo que nos robe tiempo. Lo mejor que se puede hacer es asignar tiempo para cada tarea y prohibirnos salir de esa actividad hasta completarla o que pase el tiempo que hemos establecido. También hay que dejar tiempo asignado para el ocio y los descansos visuales en el trabajo. La cuestión es no parar a mirar Facebook, hablar con los compañeros de cosas que no sean de trabajo o responder el whatsapp hasta que sea el descanso asignado.
Dedique tiempo a su vida personal
Evitar el estrés laboral exige respetar el ocio y el descanso en tu vida personal. Obsesionarse con las tareas pendientes no ayudará a sentirte mejor. Cuando no estés trabajando, déjalo de lado por el momento. Pasa tiempo de calidad con tus amigos y familiares y trata de hacer las cosas que te gustan. ¿Qué tal salir de ruta el fin de semana o dedicarse media hora cada día para hacer algo de deporte?
Buscar crear un buen ambiente de trabajo
Es natural que la gente tenga opiniones y maneras de actuar distintas. En el trabajo no es una excepción y evitar discusiones innecesarias será un factor importante para evitar el estrés dentro de la empresa. Hace falta tener una mente abierta y aceptar las limitaciones y los errores que puedan darse.
Evaluar su situación en la empresa para la que trabaja
¿Trabajas duro y ganas poco? ¿Tu jefe es irrespetuoso contigo? ¿No tiene perspectivas de crecimiento en su empresa? Es posible que cambiar de empresa sea una opción a considerar. Sí, sé que el mercado laboral no es el mejor posible. Antes de abandonar la empresa, hay muchas opciones y puntos intermedios que evaluar. Pero si existe la posibilidad de lograr otro empleo, no pierdes nada por considerarlo y ver qué tan posible sería en la realidad.
Facilitar el acceso a la información
Lograr tener la información para trabajar bien es algo que las empresas pueden ofrecer a sus trabajadores y trabajadoras. Principalmente aportando equipos informáticos con acceso a la misma información desde cualquier dispositivo para que el trabajo se acelere.
Organización de tareas para evitar el caos
La gestión y organización de las actividades ayudará a que las tareas se hagan sin acumularse y a plantear objetivos lógicos y alcanzables. Gracias a crear un horario realista, se logrará agilizar el trabajo y mejorar la calidad del trabajo al mismo tiempo que se logra prevenir el desgaste laboral.
Tener objetivos razonables y respetar las fechas límites
Que los objetivos sean lógicos y alcanzables, no significa que no sean exigentes. Se puede pedir lograr ciertos objetivos dentro de una horquilla de actividades razonable para que no exista sensación de agobio. Cada trabajador tiene un nivel óptimo en sus tareas, y hay que evaluarlo también de manera individual en función de los puntos fuertes y débiles de cada persona.
De la misma manera, mantener las fechas de entrega ya pactadas en el pasado será una gran ayuda para que no exista sobrecarga de trabajo, horas extra, o tiempo libre dedicado a sacar trabajo adelante en lugar de disfrutar de la familia.