Hoy me gustaría dedicar mis reflexiones a mi buena amiga Marta que me recomendó encarecidamente la lectura de un artículo de Jorge Bucay. Dicho artículo se me tornó interesante, aunque no compartiera todas y cada una de sus argumentaciones de cómo enamorarnos de la vida.
Pero me resultó profundamente cuestionable, en el mejor de los sentidos de la palabra. Cuestionarse y preguntarnos a nosotros y nosotras mismas es una de las mejores maneras de saber que estamos aún vivos y con ganas de aprender.
- ¿Es necesario el amor en la vida?
- ¿Necesitamos relaciones amorosas para vivir plenamente?
- ¿Necesito buscar mi media naranja o mi media langosta (Friends)?
Tras leer el artículo, déjanos un comentario con lo que tu piensas, nos encantará saber que opinas. ¡En serio!
El amor en la vida: respondiendo a las cuestiones
- ¿Es necesario el amor en la vida? Sí, es una cuestión innegable. El amor es la vida y no es posible otra manera de vivir nuestros días de manera plena. El amor a uno mísmo/ una mísma, a tu familia, a tus sueños, a tus ilusiones, a los hombres, a las mujeres, a la gente que te rodea y a todo aquel ser vivo que vive en armonía contigo.
El amor es necesario, al igual que es necesario compartir nuestra vida de manera social, compartiendo nuestro tiempo con otras personas. Pero, recuerda, hay muchos tipos de amores.
- ¿Necesitamos relaciones amorosas para vivir plenamente? Esta cuestión se me plantea más difícil. Las relaciones amorosas son maneras de aprender de aquello que queremos compartir con otra persona de manera íntima. Es innegable que parte de nuestra naturaleza siente la necesidad sexual, pero no todo contacto sexual significa comenzar una relación amorosa (son cuestiones que se pueden separar).
Las relaciones amorosas nos aportan un conocimiento y experiencias, más o menos satisfactorias. Podemos vivir perfectamente sin relaciones amorosas, no se convierten en un imprescindible, pero si que nos pueden reportar gratas experiencias. El amor no sólo se manifiesta en relaciones amorosas y de pareja.
- ¿Necesito buscar mi media naranja o mi media langosta?
No y no. Hemos crecido angustiadas y angustiados con la idea de encontrar a nuestra «media naranja» o «medio limón» que nos solucione todas aquellas carencias afectivas y personales para así sentirnos completas y completos. La plenitud nada tiene que ver con encontrar una «media naranja», si no sentirnos conectados y a gusto con nosotros mismos/nosotras mismas.Somos personas completas y plenas, con nuestros defectos y virtudes, pero completas. No necesitamos de ninguna persona que nos complete, si no compartir nuestra vida con una persona que nos haga crecer de manera interdependiente e independiente.
Enamorándonos de la vida
La mejor manera de sentirnos plenos y plenas es enamorándose de la vida. Sentir el amor en todos sus sentidos.
Debemos buscar nuestros pequeños puntos de conexión con nosotros mismos que nos hagan sentir la pasionalidad que, en muchas ocasiones, se adormece por culpa de la rutina y las obligaciones. Busca tiempo para ti mismo/a y recuerda que tu primera prioridad es ser feliz, esa es la única manera de enamorarse de la vida.
- Nunca dejes dormir tus sueños.
- Busca tiempo para ti mismo/misma.
- Desarrolla tu creatividad.